miércoles, 14 de enero de 2009

Capítulo 1. El comienzo de todo...

Hace ya meses que no escribo, es más, tuve que cambiar de blog, en el anterior tan solo hice una breve introducción y no me atreví a escribir mas, quizás por miedo a que me cerrasen el blog, quizás por no querer revivir momentos, más bien creo que, fue un cúmulo de todo.

Desde entonces ha llovido mucho ¡y vaya si ha llovido!, ¡y engordado!, porque son 3 kilos más los que llevo encima, y créanme, no es fácil aceptarlo.

Sinceramente me di cuenta de que este se me ha ido de las manos, tal y como se me fue hace ya más de un año cuando sin quererlo ni beberlo caí en esta llamada "enfermedad".

Todo ocurrió en junio de 2007, yo por aquel entonces pesaba 62 kilos, he de añadir que mido 1.63 m, es decir para mi constitución un peso inadecuado, pues si, gastaba una 42 de pantalón, me sobraban unos kilitos. Empecé mientras realizaba los últimos exámenes del curso, ¡dichosos exámenes, nunca me puedo controlar el chocolate!, me impuse no comer más porquerías de esas que lo único que hacían en mi cuerpo era meterme calorías vacías y atascar mi sistema sanguíneo, poco a poco fui restringiendo mas los alimentos, era verano, lo que pegaba era tomar una ensaladita con mucha variedad de alimentos sanos, y así lo hice.

Me convertí en toda una experta en ensaladas, quizás sea esa la razón por la que ahora no me apetece comerlas, y cuando no me di cuenta había pasado ya un mes y yo andaba con dos kilos menos, poco la verdad, pero aun no podía hacer ejercicio físico, me pasaba todo el día sentada estudiando o realizando mis exámenes.

Y llegó julio, y con él mi restricción en la ingesta de comida, y empecé a hacer gimnasia, un poco de bici, aeróbic, correr,…todo era poco para eliminar esa maldita grasa que me alejaba de mi felicidad, ¿de qué felicidad?, sinceramente ni lo sabía entonces ni a día de hoy lo sé. Pero no veía mucho fruto, quería verlo ya, y ya era ya, no dentro de meses, por lo que empecé a vomitar lo poco que ya comía, y me estanqué en 57 kilos, todos me decían lo linda que me había quedado pero yo hacía caso omiso a los halagos.

Seguí vomitando y vomitando, haciéndome muchísimo daño en la garganta, en los dientes, y sobre todo en mi estómago, porque ya no desayunaba, me hacía el desayuno y lo tiraba, dejaba el plato sucio encima de la encimera de la cocina para cuando mi madre llegase de trabajar decirle día tras día lo mismo “mamá he desayunado muy tarde y no voy a almorzar”…

Historias de princesas...Mi vida con Ana y Mia...


Antes de nada me veo en la obligación de aclarar que este blog no es pro ana ni pro mia, ni está en contra, simplemente es un lugar en el que contar mi experiencia a lo largo de mi vida con ana y mia.



Para lo que querais podéis ponerse en contacto conmigo via e-mail, dejarme escrito vuestro correo y me pondré en contacto con vosotr@s.



Gracias.